Tras recorrer los pasadizos empedrados de la Habana Vieja, turistas americanos, europeos y de otros continentes deciden admirar los encantos naturales del extremo occidental cubano, que abriga dos Reservas de la Biosfera.
A sólo 76 kilómetros de la capital del país, el Orquideario de Soroa acoge cada año a más de 15 mil visitantes foráneos, atraídos por la fama del mayor jardín dedicado al cultivo de la vistosa flor en Cuba.
Por sinuosos senderos, los caminantes aprecian la antigua colección de la llamada Dama del reino vegetal, patrimonio que data de 1943 y sobrevivió a los embates de devastadores huracanes.
Más de 500 especies, tanto nativas como exóticas, conviven en la colina de Soroa al amparo de proyectos conservacionistas, aseguran expertos.
Umbráculos cubiertos con delgadas mantas protegen a las plantas del sol y las excesivas lluvias, mientras otras variedades crecen a cielo abierto a ambos lados de un camino que atraviesa las montañas.
A pocos metros, el salto de agua bautizado como Arcoiris de Cuba seduce a los viajeros amantes de la naturaleza.Más llamativa en la etapa veraniega por los efectos de las lluvias, la cascada es uno de los símbolos turísticos de la isla.
Ambos sitios pertenecen a la Reserva de la Biosfera Sierra del Rosario, al igual que la comunidad de las Terrazas, única experiencia cubana de desarrollo rural sostenible con base en el turismo.
Una vez en la pintoresca localidad muchos prefieren navegar por los lagos del lugar u observar las casi 100 variedades de aves que habitan en el entorno.
El itinerario por la demarcación incluye visitas a las ruinas de varias haciendas cafetaleras construidas por inmigrantes franceses luego de la revolución haitiana (1791-1804).
Por la autopista nacional el complejo Las Barrigonas resulta opción preferida por los paseantes. Nombrada así por la abundancia de palmas con abultado tronco, la instalación evoca la arquitectura vernácula de la región, donde predominan las casas de madera y amplios portales.
Cobijados del sol, los recién llegados aprecian el paisaje
circundante, compuesto por sembrados de tabaco y los aposentos para curar las hojas de forma natural.
No falta en el recorrido por el occidente cubano una parada en el valle de Viñales, Paisaje Cultural de la Humanidad, y los más intrépidos emprenden viaje hasta la península de Guanahacabibes, distinguida también como Reserva de la Biosfera.
Considerada una de las zonas mejor preservadas de Cuba, refugia a más de 200 especies de pájaros y a tres variedades de tortugas marinas durante la etapa de desove.
RUMBO A TURNAT 2015
Muy frecuentada por la fama de sus paisajes y escenarios campestres, la provincia de Pinar del Río será la sede del encuentro internacional de turismo de naturaleza Turnat 2015.
En el evento, previsto para septiembre del año venidero, el territorio presentará la Ruta del tabaco como producto distintivo de la región, mayor productora de la hoja y cuna de reconocidos labriegos, declaró a Prensa Latina Ivania Díaz, especialista comercial del sector.
Paseos por las mejores vegas de Vueltabajo, como se conocía antiguamente esta zona, y conversatorios con cultivadores de la planta, sobresalen entre las propuestas de la nueva iniciativa de esparcimiento, ligada a ancestrales tradiciones agrarias.
Diseñado para promocionar las opciones del turismo de naturaleza, de aventura y rural, Turnat 2015 mostrará las bondades de unas 40 ofertas locales y otras nacionales, que incluyen senderos, recorridos y cabalgatas, precisó la experta.
El Parque Nacional Viñales, admirado por sus vistas de mogotes jurásicos, comercializa actualmente 16 variantes recreativas, entre ellas visitas al sistema cavernario Palmarito, el más extenso de la isla, y a la caverna de Santo Tomás, también de considerable tamaño y similares atractivos.
Tanto el valle de Viñales como el poblado de igual nombre poseen la condición de Paisaje Cultural de la Humanidad, debido a la conservación de prácticas asociadas al cultivo del tabaco, la malanga y a la celebración de los guateques o fiestas del campo, en los cuales no faltan las controversias de guajiros (campesinos) repentistas.
El ecoturismo -dijo- permite apreciar los encantos de otros parajes pinareños como el área protegida de Mil Cumbres, la Guabina y la reserva Sabanalamar-San Ubaldo, que abriga un peculiar bosque sobre arenas blancas.
Al referirse a la modalidad rural, de gran demanda, adelantó que especialistas de la provincia rediseñan sus opciones en una localidad eminentemente agrícola, pues los cosecheros de Vueltabajo recolectan abundante materia prima para la confección de los apetecidos puros Habanos.
A sólo 76 kilómetros de la capital del país, el Orquideario de Soroa acoge cada año a más de 15 mil visitantes foráneos, atraídos por la fama del mayor jardín dedicado al cultivo de la vistosa flor en Cuba.
Por sinuosos senderos, los caminantes aprecian la antigua colección de la llamada Dama del reino vegetal, patrimonio que data de 1943 y sobrevivió a los embates de devastadores huracanes.
Más de 500 especies, tanto nativas como exóticas, conviven en la colina de Soroa al amparo de proyectos conservacionistas, aseguran expertos.
Umbráculos cubiertos con delgadas mantas protegen a las plantas del sol y las excesivas lluvias, mientras otras variedades crecen a cielo abierto a ambos lados de un camino que atraviesa las montañas.
A pocos metros, el salto de agua bautizado como Arcoiris de Cuba seduce a los viajeros amantes de la naturaleza.Más llamativa en la etapa veraniega por los efectos de las lluvias, la cascada es uno de los símbolos turísticos de la isla.
Ambos sitios pertenecen a la Reserva de la Biosfera Sierra del Rosario, al igual que la comunidad de las Terrazas, única experiencia cubana de desarrollo rural sostenible con base en el turismo.
Una vez en la pintoresca localidad muchos prefieren navegar por los lagos del lugar u observar las casi 100 variedades de aves que habitan en el entorno.
El itinerario por la demarcación incluye visitas a las ruinas de varias haciendas cafetaleras construidas por inmigrantes franceses luego de la revolución haitiana (1791-1804).
Por la autopista nacional el complejo Las Barrigonas resulta opción preferida por los paseantes. Nombrada así por la abundancia de palmas con abultado tronco, la instalación evoca la arquitectura vernácula de la región, donde predominan las casas de madera y amplios portales.
Cobijados del sol, los recién llegados aprecian el paisaje
circundante, compuesto por sembrados de tabaco y los aposentos para curar las hojas de forma natural.
No falta en el recorrido por el occidente cubano una parada en el valle de Viñales, Paisaje Cultural de la Humanidad, y los más intrépidos emprenden viaje hasta la península de Guanahacabibes, distinguida también como Reserva de la Biosfera.
Considerada una de las zonas mejor preservadas de Cuba, refugia a más de 200 especies de pájaros y a tres variedades de tortugas marinas durante la etapa de desove.
RUMBO A TURNAT 2015
Muy frecuentada por la fama de sus paisajes y escenarios campestres, la provincia de Pinar del Río será la sede del encuentro internacional de turismo de naturaleza Turnat 2015.
En el evento, previsto para septiembre del año venidero, el territorio presentará la Ruta del tabaco como producto distintivo de la región, mayor productora de la hoja y cuna de reconocidos labriegos, declaró a Prensa Latina Ivania Díaz, especialista comercial del sector.
Paseos por las mejores vegas de Vueltabajo, como se conocía antiguamente esta zona, y conversatorios con cultivadores de la planta, sobresalen entre las propuestas de la nueva iniciativa de esparcimiento, ligada a ancestrales tradiciones agrarias.
Diseñado para promocionar las opciones del turismo de naturaleza, de aventura y rural, Turnat 2015 mostrará las bondades de unas 40 ofertas locales y otras nacionales, que incluyen senderos, recorridos y cabalgatas, precisó la experta.
El Parque Nacional Viñales, admirado por sus vistas de mogotes jurásicos, comercializa actualmente 16 variantes recreativas, entre ellas visitas al sistema cavernario Palmarito, el más extenso de la isla, y a la caverna de Santo Tomás, también de considerable tamaño y similares atractivos.
Tanto el valle de Viñales como el poblado de igual nombre poseen la condición de Paisaje Cultural de la Humanidad, debido a la conservación de prácticas asociadas al cultivo del tabaco, la malanga y a la celebración de los guateques o fiestas del campo, en los cuales no faltan las controversias de guajiros (campesinos) repentistas.
El ecoturismo -dijo- permite apreciar los encantos de otros parajes pinareños como el área protegida de Mil Cumbres, la Guabina y la reserva Sabanalamar-San Ubaldo, que abriga un peculiar bosque sobre arenas blancas.
Al referirse a la modalidad rural, de gran demanda, adelantó que especialistas de la provincia rediseñan sus opciones en una localidad eminentemente agrícola, pues los cosecheros de Vueltabajo recolectan abundante materia prima para la confección de los apetecidos puros Habanos.
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