Ante la previsible llegada de ferrys, cruceros y más aerolíneas en los próximos meses, Cuba se prepara para una avalancha de visitantes estadunidenses con proyectos para ampliar puertos, aeropuertos y plazas hoteleras, pero entre dudas sobre si sus endebles infraestructuras soportarán esa presión.
En los siete primeros meses del año, después de que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, flexibilizara las restricciones a los viajes, unos 88,900 estadunidenses llegaron a Cuba, 54% más que en 2014, porcentaje que podría ampliarse aún más a final de año.
Expertos pronostican que en el conjunto de 2015, la llegada de visitantes estadunidenses podría aumentar hasta 70%, ya que el último trimestre es temporada alta en la isla y los ferrys de Florida a Cuba se espera que empiecen a operar en septiembre, puesto que hay ya seis compañías que han obtenido las licencias de EU.
El influyente Comité de Apropiaciones del Senado accedió hace unas semanas a levantar la prohibición de los viajes a Cuba; una medida que podría hacerse realidad antes de fin de año ante el notable apoyo bipartidista.
El problema es que, al menos en La Habana, la capacidad hotelera no puede asumir tal afluencia de visitantes, por lo que la isla ya proyecta la construcción de nuevos hoteles, ya que los existentes llevan todo el año repletos, algo que no sucedía antes.
La semana pasada el grupo hotelero estatal Gaviota anunció la construcción, junto con la cadena francesa Bouygues, de tres nuevos hoteles en La Habana Vieja.
En julio pasado, altos directivos de la cadena hotelera estadunidense Marriot visitaron La Habana, interesados en establecer negocio en la isla.
Hasta que todos estos proyectos salgan adelante, la solución pasa por los alojamientos privados, unas 19,800 habitaciones en todo el país, 70% de las cuales se concentra en La Habana, ya que “muchas cadenas hoteleras están llegando a acuerdos con esas casas para dirigir allí a los turistas cuando no tengan capacidad”, cuenta Omar Everleny, del Centro de Estudios Económicos Cubanos.
Pero Cuba no prepara solo sus hoteles para el boom turístico que se avecina, sino también se han iniciado los trabajos en el antiguo puerto de La Habana para construir una terminal para recibir a los ferrys de Florida y que podrán transportar a casi mil pasajeros.
Además está previsto que en la primavera de 2016 llegue a La Habana el primer crucero de grandes dimensiones, de la empresa de la Florida Carnival, con capacidad para 710 pasajeros, que podría atraer unos 37 mil viajeros anuales.
También se inició desde marzo pasado los trabajos para la ampliación del aeropuerto de La Habana, a cargo de la empresa brasileña Odebrecht, ante el interés de numerosas aerolíneas de EU de operar vuelos directos a la isla desde Miami, Orlando, Tampa, Nueva York, Houston y Nueva Orleans.
Nuevas construcciones y remodelaciones para dinamizar el turismo en la isla, un sector que es la segunda fuente de ingresos del país con 2,600 millones de dólares en 2014.
En los siete primeros meses del año, después de que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, flexibilizara las restricciones a los viajes, unos 88,900 estadunidenses llegaron a Cuba, 54% más que en 2014, porcentaje que podría ampliarse aún más a final de año.
Expertos pronostican que en el conjunto de 2015, la llegada de visitantes estadunidenses podría aumentar hasta 70%, ya que el último trimestre es temporada alta en la isla y los ferrys de Florida a Cuba se espera que empiecen a operar en septiembre, puesto que hay ya seis compañías que han obtenido las licencias de EU.
El influyente Comité de Apropiaciones del Senado accedió hace unas semanas a levantar la prohibición de los viajes a Cuba; una medida que podría hacerse realidad antes de fin de año ante el notable apoyo bipartidista.
El problema es que, al menos en La Habana, la capacidad hotelera no puede asumir tal afluencia de visitantes, por lo que la isla ya proyecta la construcción de nuevos hoteles, ya que los existentes llevan todo el año repletos, algo que no sucedía antes.
La semana pasada el grupo hotelero estatal Gaviota anunció la construcción, junto con la cadena francesa Bouygues, de tres nuevos hoteles en La Habana Vieja.
En julio pasado, altos directivos de la cadena hotelera estadunidense Marriot visitaron La Habana, interesados en establecer negocio en la isla.
Hasta que todos estos proyectos salgan adelante, la solución pasa por los alojamientos privados, unas 19,800 habitaciones en todo el país, 70% de las cuales se concentra en La Habana, ya que “muchas cadenas hoteleras están llegando a acuerdos con esas casas para dirigir allí a los turistas cuando no tengan capacidad”, cuenta Omar Everleny, del Centro de Estudios Económicos Cubanos.
Pero Cuba no prepara solo sus hoteles para el boom turístico que se avecina, sino también se han iniciado los trabajos en el antiguo puerto de La Habana para construir una terminal para recibir a los ferrys de Florida y que podrán transportar a casi mil pasajeros.
Además está previsto que en la primavera de 2016 llegue a La Habana el primer crucero de grandes dimensiones, de la empresa de la Florida Carnival, con capacidad para 710 pasajeros, que podría atraer unos 37 mil viajeros anuales.
También se inició desde marzo pasado los trabajos para la ampliación del aeropuerto de La Habana, a cargo de la empresa brasileña Odebrecht, ante el interés de numerosas aerolíneas de EU de operar vuelos directos a la isla desde Miami, Orlando, Tampa, Nueva York, Houston y Nueva Orleans.
Nuevas construcciones y remodelaciones para dinamizar el turismo en la isla, un sector que es la segunda fuente de ingresos del país con 2,600 millones de dólares en 2014.
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