Atraídos por la fama del tabaco cubano, decenas de visitantes foráneos recorren cada día la Casa del Veguero, en el turístico municipio de Viñales, donde aprecian secretos del cultivo desde la cuna de los mejores puros.
A la entrada de la pintoresca localidad, Paisaje Cultural de la Humanidad, propicia un acercamiento a las bondades de la planta y a las tradiciones musicales de la zona, ligadas a los acordes del tres -guitarra de cuerdas dobles- y a las animadas controversias de los guajiros repentistas.
Junto a las sosegadas vistas de la campiña, asoma el bohío, exponente de la arquitectura vernácula, hecho con madera y hojas de palma.
En su interior reposa la materia prima, la cual tras un proceso de secado natural es utilizada en la elaboración de los apetecidos Habanos.
Alrededor del rústico aposento crece la solanácea en ciertas épocas del año, cuyas plantaciones ocupan una hectárea.
Una vez finalizada la cosecha, el maíz -cereal preferido por los labriegos- cubre todo el espacio del huerto original.
La Casa del Veguero reverencia el esplendor del cultivo tabacalero, fomentado por inmigrantes canarios a lo largo de varias centurias así como los ritmos y danzas del campesinado cubano, comentaron a Prensa Latina especialistas de la instalación turística radicada en el paraje.
Varios guías conducen a los visitantes por la vega, escenario demostrativo que recuerda el legado de legendarios cosecheros como Alejandro Robaina, fallecido en 2010.
Luego de apreciar las escenas campestres, un experto torcedor demuestra sus habilidades para confeccionar en unos pocos minutos los puros, ante las miradas de asombro de los recién llegados.
Un trago nombrado Veguero, convida a brindar por el éxito de la próxima zafra y un pronto retorno a estas tierras.
A unos 25 kilómetros de Viñales, la fábrica de tabacos Francisco Donatién es frecuentada también por grupos de viajeros, interesados en el mundo de los Habanos.
De forma colectiva o individual, algunos deciden llegar hasta los sembrados de San Juan y Martínez y San Luis, plantíos reconocidos internacionalmente.
Pinar del Río aporta el 70 por ciento de la producción nacional tabacalera y abundante materia prima para la industria del torcido de exportación.
A la entrada de la pintoresca localidad, Paisaje Cultural de la Humanidad, propicia un acercamiento a las bondades de la planta y a las tradiciones musicales de la zona, ligadas a los acordes del tres -guitarra de cuerdas dobles- y a las animadas controversias de los guajiros repentistas.
Junto a las sosegadas vistas de la campiña, asoma el bohío, exponente de la arquitectura vernácula, hecho con madera y hojas de palma.
En su interior reposa la materia prima, la cual tras un proceso de secado natural es utilizada en la elaboración de los apetecidos Habanos.
Alrededor del rústico aposento crece la solanácea en ciertas épocas del año, cuyas plantaciones ocupan una hectárea.
Una vez finalizada la cosecha, el maíz -cereal preferido por los labriegos- cubre todo el espacio del huerto original.
La Casa del Veguero reverencia el esplendor del cultivo tabacalero, fomentado por inmigrantes canarios a lo largo de varias centurias así como los ritmos y danzas del campesinado cubano, comentaron a Prensa Latina especialistas de la instalación turística radicada en el paraje.
Varios guías conducen a los visitantes por la vega, escenario demostrativo que recuerda el legado de legendarios cosecheros como Alejandro Robaina, fallecido en 2010.
Luego de apreciar las escenas campestres, un experto torcedor demuestra sus habilidades para confeccionar en unos pocos minutos los puros, ante las miradas de asombro de los recién llegados.
Un trago nombrado Veguero, convida a brindar por el éxito de la próxima zafra y un pronto retorno a estas tierras.
A unos 25 kilómetros de Viñales, la fábrica de tabacos Francisco Donatién es frecuentada también por grupos de viajeros, interesados en el mundo de los Habanos.
De forma colectiva o individual, algunos deciden llegar hasta los sembrados de San Juan y Martínez y San Luis, plantíos reconocidos internacionalmente.
Pinar del Río aporta el 70 por ciento de la producción nacional tabacalera y abundante materia prima para la industria del torcido de exportación.
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