Con una imagen renovada y un proceso constante de modernización, el Hotel Inglaterra, propiedad de la cadena cubana Gran Caribe y administrado por la compañía canadiense Blue Diamond Resorts, reafirma su lugar como uno de los símbolos más emblemáticos de la hotelería en Cuba.
En su salón principal se dieron cita destacadas personalidades del ámbito cultural y turístico del país, junto a autoridades como el ministro de Turismo de Cuba, Juan Carlos García, y el ministro de Cultura, Alpidio Alonso, quienes elogiaron la trayectoria y el valor patrimonial de la instalación.
También intervinieron el historiador Michel González, el presidente de Gran Caribe, Jesús Pérez, y el director general de Blue Diamond Resorts en Cuba, Mohamad Fawzi, todos coincidiendo en la relevancia histórica y cultural de este hotel, que “destila historia” en cada uno de sus espacios.
Este martes, el Hotel Inglaterra —el más antiguo de Cuba— celebra 150 años de su apertura, luciendo un nuevo brillo que lo consolida como una opción preferida para viajeros interesados en el turismo histórico-cultural. Su ubicación es privilegiada: se encuentra en el Paseo del Prado, frente al Parque Central, muy cerca del centro histórico de La Habana Vieja, una de las zonas más visitadas de la capital cubana.
La relevancia del hotel trasciende fronteras. Incluso aparece mencionado en la novela Cuba Libre, del escritor estadounidense Elmore Leonard, reforzando su presencia en la literatura internacional.
La historia del inmueble se remonta a 1844, cuando se construyó el El Escauriza Saloon, también conocido como El Café. En 1863 fue adquirido por Joaquín Payret, quien lo renombró El Louvre. Posteriormente, el edificio fue demolido para dar paso al Gran Hotel de Inglaterra, inaugurado oficialmente el 23 de diciembre de 1875, con una elegante arquitectura neoclásica.
Por sus habitaciones han pasado figuras históricas de gran trascendencia, como el general Antonio Maceo, héroe de las guerras de independencia cubanas, quien se hospedó allí durante seis meses en 1890. También lo hizo Winston Churchill, futuro primer ministro del Reino Unido, en diciembre de 1895, cuando se encontraba en Cuba como corresponsal militar.
El hotel fue pionero en modernidad: en 1901 incorporó electricidad, teléfonos, baños privados y servicio de telégrafo. En 1914 se añadió la tercera planta y la emblemática marquesina de vidrio. Tras cerrar en 1931 por el impacto de la Gran Depresión, reabrió en 1939 y desde entonces ha sido objeto de múltiples remodelaciones (1973, 1981 y 1989), manteniéndose en constante actualización.
Con tres plantas y 83 habitaciones, el Hotel Inglaterra destaca por la identidad decorativa de cada nivel: el primero, más antiguo, con obras en sepia; el segundo, añadido en 1886, rinde homenaje a grandes figuras de la pintura cubana; y el tercero resalta por fotografías a color y vistas panorámicas del entorno habanero.
Sus trabajadores subrayan el impacto cultural del hotel, escenario habitual de presentaciones musicales, literarias y exposiciones de artes plásticas con reconocidos creadores cubanos. El maître José Luis Brito, con más de 30 años en la instalación, resalta la iniciativa de las Cartas Menú ilustradas, vigente desde 1994, donde destacados pintores del país decoran por temporadas el documento gastronómico.
La oferta gastronómica incluye el restaurante El Colonial, el bar La Sevillana, La Acera del Louvre en el portal y un Grill en la azotea, especializado en cocina cubana estilizada, con alta demanda de pescados y mariscos.
Tradicionalmente, la clientela del Hotel Inglaterra ha sido mayoritariamente europea, con presencia destacada de turistas alemanes, británicos, holandeses y belgas.
Ubicado en el municipio La Habana Vieja, el Hotel Inglaterra ostenta las categorías de Monumento Nacional y Patrimonio Cultural de la Humanidad, reconocimiento otorgado por la Unesco, lo que confirma su valor excepcional dentro del patrimonio histórico y turístico de Cuba.
En su salón principal se dieron cita destacadas personalidades del ámbito cultural y turístico del país, junto a autoridades como el ministro de Turismo de Cuba, Juan Carlos García, y el ministro de Cultura, Alpidio Alonso, quienes elogiaron la trayectoria y el valor patrimonial de la instalación.
También intervinieron el historiador Michel González, el presidente de Gran Caribe, Jesús Pérez, y el director general de Blue Diamond Resorts en Cuba, Mohamad Fawzi, todos coincidiendo en la relevancia histórica y cultural de este hotel, que “destila historia” en cada uno de sus espacios.
Este martes, el Hotel Inglaterra —el más antiguo de Cuba— celebra 150 años de su apertura, luciendo un nuevo brillo que lo consolida como una opción preferida para viajeros interesados en el turismo histórico-cultural. Su ubicación es privilegiada: se encuentra en el Paseo del Prado, frente al Parque Central, muy cerca del centro histórico de La Habana Vieja, una de las zonas más visitadas de la capital cubana.
La relevancia del hotel trasciende fronteras. Incluso aparece mencionado en la novela Cuba Libre, del escritor estadounidense Elmore Leonard, reforzando su presencia en la literatura internacional.
La historia del inmueble se remonta a 1844, cuando se construyó el El Escauriza Saloon, también conocido como El Café. En 1863 fue adquirido por Joaquín Payret, quien lo renombró El Louvre. Posteriormente, el edificio fue demolido para dar paso al Gran Hotel de Inglaterra, inaugurado oficialmente el 23 de diciembre de 1875, con una elegante arquitectura neoclásica.
Por sus habitaciones han pasado figuras históricas de gran trascendencia, como el general Antonio Maceo, héroe de las guerras de independencia cubanas, quien se hospedó allí durante seis meses en 1890. También lo hizo Winston Churchill, futuro primer ministro del Reino Unido, en diciembre de 1895, cuando se encontraba en Cuba como corresponsal militar.
El hotel fue pionero en modernidad: en 1901 incorporó electricidad, teléfonos, baños privados y servicio de telégrafo. En 1914 se añadió la tercera planta y la emblemática marquesina de vidrio. Tras cerrar en 1931 por el impacto de la Gran Depresión, reabrió en 1939 y desde entonces ha sido objeto de múltiples remodelaciones (1973, 1981 y 1989), manteniéndose en constante actualización.
Con tres plantas y 83 habitaciones, el Hotel Inglaterra destaca por la identidad decorativa de cada nivel: el primero, más antiguo, con obras en sepia; el segundo, añadido en 1886, rinde homenaje a grandes figuras de la pintura cubana; y el tercero resalta por fotografías a color y vistas panorámicas del entorno habanero.
Sus trabajadores subrayan el impacto cultural del hotel, escenario habitual de presentaciones musicales, literarias y exposiciones de artes plásticas con reconocidos creadores cubanos. El maître José Luis Brito, con más de 30 años en la instalación, resalta la iniciativa de las Cartas Menú ilustradas, vigente desde 1994, donde destacados pintores del país decoran por temporadas el documento gastronómico.
La oferta gastronómica incluye el restaurante El Colonial, el bar La Sevillana, La Acera del Louvre en el portal y un Grill en la azotea, especializado en cocina cubana estilizada, con alta demanda de pescados y mariscos.
Tradicionalmente, la clientela del Hotel Inglaterra ha sido mayoritariamente europea, con presencia destacada de turistas alemanes, británicos, holandeses y belgas.
Ubicado en el municipio La Habana Vieja, el Hotel Inglaterra ostenta las categorías de Monumento Nacional y Patrimonio Cultural de la Humanidad, reconocimiento otorgado por la Unesco, lo que confirma su valor excepcional dentro del patrimonio histórico y turístico de Cuba.




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