Cuba ocupa el cuarto lugar de América Latina y el 26, de 190 Estados Partes en la Convención del Patrimonio Mundial, al ser portadora de 13 designaciones. Entre sus múltiples encantos destacan las siete primeras villas, fundadas por el conquistador español don Diego Velázquez, cada una con su distintivo arquitectónico y un espléndido conjunto de tradiciones nutridas de las mejores tendencias del viejo continente, sin perder esa calidez de trópico que le concede su caribeña geografía.
Joyas de un pasado rico en legados, estas ciudades guardan secretos e historias desgranadas en cada portal colonial, prendidos a una verja o dormidos en cualquier techo de tejas, calle empedrada o vitral. Muchas preservan también, en el interior de sus construcciones y en sus pobladores, parte de la génesis que fue conformando la identidad cubana.
La última ciudad surgida del referido septeto, justo está celebrando este año su Medio Milenio: La Habana, capital de Cuba, oficialmente constituida como San Cristóbal de La Habana, el 16 de noviembre de 1519.
Gracias a su excelente puerto y posición estratégica, pasó a ser la principal estación naval española del Nuevo Mundo. Para defenderla de los frecuentes ataques piráticos, la Metrópolis española emprendió el más complejo y poderoso sistema defensivo de la América del XVI al XIX: antiguas fortalezas que hoy gozan de la preferencia de los visitantes al destino.
El Centro Histórico conserva la arquitectura del pasado colonial, pleno de palacetes, mansiones, plazas, calles adoquinadas e iglesias, reconocido por la UNESCO al declarar Patrimonio de la Humanidad, en 1982, a La Habana Vieja y su sistema de fortificaciones.
Por su parte, La Habana Moderna, desarrollada a plenitud durante el siglo XX, concentra los edificios más altos de Cuba, más de cuarenta hoteles e innumerables centros culturales y nocturnos.
Otros dos títulos la honran: Ciudad Maravilla del Mundo y Capital Iberoamericana de la Coctelería, otorgados, respectivamente, por la fundación suiza New7Wonders y la Real Academia de Gastronomía de España de conjunto con la Academia Iberoamericana de Gastronomía.
La llamada Ciudad Primada, Baracoa, primera villa creada en Cuba –15 de agosto de 1511– bajo el nombre de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, fue sede del primer Cabildo y el primer obispado de la iglesia católica.
Hoy, es un singular destino turístico donde se perpetúan intactos el espíritu de poblado provinciano y los hábitos sobrevividos al tiempo, curioso para quienes gustan de indagar en los orígenes de civilizaciones nativas: esconde más de 60 sitios arqueológicos de la extinta civilización taína.
Segunda villa cubana, Bayamo fue establecida como San Salvador de Bayamo el 5 de noviembre de 1513, y fue la primera capital de la República en Armas. La vasta riqueza histórico cultural es la base de su producto turístico.
Es considerada cuna de la nacionalidad cubana, pues allí se entonó por vez primera el actual Himno Nacional, un 20 de octubre, suceso que sellara la fecha como Día de la Cultura Nacional. Los bayameses sostienen la tradición de pasearse en antiguos coches tirados por caballos, a la usanza colonial, propuesta poco común en la era moderna.
Asentada en enero de 1514, Trinidad, otrora villa de la Santísima Trinidad, continúa siendo una atractiva urbe de tradiciones y leyendas. Declarada, en conjunto con el Valle de los Ingenios, Patrimonio de la Humanidad, en 1988, es de los destinos turísticos más demandados.
Atesora, con los encantos de entonces, uno de los conjuntos arquitectónicos más diversos, hermosos y mejor conservados de América Latina: edificaciones de los siglos XVIII-principios del XX, insertadas entre callejuelas adoquinadas, plazas e iglesias, de ahí el renombre de Ciudad Museo. Fue designada Ciudad Artesanal del Mundo por el Consejo Mundial de Artesanías.
Santa María del Puerto del Príncipe, actual Camagüey, instaurada el 2 de febrero de 1514, posee el mayor Centro Histórico del país, incluido en la lista del Patrimonio Mundial en 2008. Señorial como antaño, su trazado urbano es el más asimétrico de las villas fundadas por los españoles en Cuba.
La llamada Ciudad de los Tinajones –esas vasijas de cerámica la identifican–, es depositaria de un ancestral acervo cultural y de marcados rasgos medievales, valores sobre los que sustenta su oferta turística.
Fundada el 4 de junio de 1514, Sancti Spíritus, auténtica ciudad colonial, atesora siglos de tradición en amplias casonas, iglesias, museos y callejuelas, muy bien protegidos en su Centro Histórico.
Su apelativo de Tierra del Yayabo le viene por el puente sobre el río Yayabo, único de arcos abovedados del país, devenido emblema de la urbe.
El 25 de julio de 1515 fue creada la sexta villa: Santiago, hoy Santiago de Cuba, primera capital del país. La impronta del sincretismo de diversas nacionalidades le valieron la distinción de “la más caribeña”; y su vital rol en las gestas libertarias, el título de Ciudad Héroe.
Es cuna de varios géneros musicales y asiento de la casa más antigua de América Latina; la Basílica del Cobre, donde se rinde culto a la Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba; y tres patrimonios de la Humanidad: Castillo de San Pedro de la Roca, Paisaje Arqueológico de las primeras plantaciones cafetaleras en el sudeste de Cuba y La Tumba Francesa. Su mayor y más distintivo atributo: la hospitalidad de su gente.
Joyas de un pasado rico en legados, estas ciudades guardan secretos e historias desgranadas en cada portal colonial, prendidos a una verja o dormidos en cualquier techo de tejas, calle empedrada o vitral. Muchas preservan también, en el interior de sus construcciones y en sus pobladores, parte de la génesis que fue conformando la identidad cubana.
La última ciudad surgida del referido septeto, justo está celebrando este año su Medio Milenio: La Habana, capital de Cuba, oficialmente constituida como San Cristóbal de La Habana, el 16 de noviembre de 1519.
Gracias a su excelente puerto y posición estratégica, pasó a ser la principal estación naval española del Nuevo Mundo. Para defenderla de los frecuentes ataques piráticos, la Metrópolis española emprendió el más complejo y poderoso sistema defensivo de la América del XVI al XIX: antiguas fortalezas que hoy gozan de la preferencia de los visitantes al destino.
El Centro Histórico conserva la arquitectura del pasado colonial, pleno de palacetes, mansiones, plazas, calles adoquinadas e iglesias, reconocido por la UNESCO al declarar Patrimonio de la Humanidad, en 1982, a La Habana Vieja y su sistema de fortificaciones.
Por su parte, La Habana Moderna, desarrollada a plenitud durante el siglo XX, concentra los edificios más altos de Cuba, más de cuarenta hoteles e innumerables centros culturales y nocturnos.
Otros dos títulos la honran: Ciudad Maravilla del Mundo y Capital Iberoamericana de la Coctelería, otorgados, respectivamente, por la fundación suiza New7Wonders y la Real Academia de Gastronomía de España de conjunto con la Academia Iberoamericana de Gastronomía.
La llamada Ciudad Primada, Baracoa, primera villa creada en Cuba –15 de agosto de 1511– bajo el nombre de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, fue sede del primer Cabildo y el primer obispado de la iglesia católica.
Hoy, es un singular destino turístico donde se perpetúan intactos el espíritu de poblado provinciano y los hábitos sobrevividos al tiempo, curioso para quienes gustan de indagar en los orígenes de civilizaciones nativas: esconde más de 60 sitios arqueológicos de la extinta civilización taína.
Segunda villa cubana, Bayamo fue establecida como San Salvador de Bayamo el 5 de noviembre de 1513, y fue la primera capital de la República en Armas. La vasta riqueza histórico cultural es la base de su producto turístico.
Es considerada cuna de la nacionalidad cubana, pues allí se entonó por vez primera el actual Himno Nacional, un 20 de octubre, suceso que sellara la fecha como Día de la Cultura Nacional. Los bayameses sostienen la tradición de pasearse en antiguos coches tirados por caballos, a la usanza colonial, propuesta poco común en la era moderna.
Asentada en enero de 1514, Trinidad, otrora villa de la Santísima Trinidad, continúa siendo una atractiva urbe de tradiciones y leyendas. Declarada, en conjunto con el Valle de los Ingenios, Patrimonio de la Humanidad, en 1988, es de los destinos turísticos más demandados.
Atesora, con los encantos de entonces, uno de los conjuntos arquitectónicos más diversos, hermosos y mejor conservados de América Latina: edificaciones de los siglos XVIII-principios del XX, insertadas entre callejuelas adoquinadas, plazas e iglesias, de ahí el renombre de Ciudad Museo. Fue designada Ciudad Artesanal del Mundo por el Consejo Mundial de Artesanías.
Santa María del Puerto del Príncipe, actual Camagüey, instaurada el 2 de febrero de 1514, posee el mayor Centro Histórico del país, incluido en la lista del Patrimonio Mundial en 2008. Señorial como antaño, su trazado urbano es el más asimétrico de las villas fundadas por los españoles en Cuba.
La llamada Ciudad de los Tinajones –esas vasijas de cerámica la identifican–, es depositaria de un ancestral acervo cultural y de marcados rasgos medievales, valores sobre los que sustenta su oferta turística.
Fundada el 4 de junio de 1514, Sancti Spíritus, auténtica ciudad colonial, atesora siglos de tradición en amplias casonas, iglesias, museos y callejuelas, muy bien protegidos en su Centro Histórico.
Su apelativo de Tierra del Yayabo le viene por el puente sobre el río Yayabo, único de arcos abovedados del país, devenido emblema de la urbe.
El 25 de julio de 1515 fue creada la sexta villa: Santiago, hoy Santiago de Cuba, primera capital del país. La impronta del sincretismo de diversas nacionalidades le valieron la distinción de “la más caribeña”; y su vital rol en las gestas libertarias, el título de Ciudad Héroe.
Es cuna de varios géneros musicales y asiento de la casa más antigua de América Latina; la Basílica del Cobre, donde se rinde culto a la Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba; y tres patrimonios de la Humanidad: Castillo de San Pedro de la Roca, Paisaje Arqueológico de las primeras plantaciones cafetaleras en el sudeste de Cuba y La Tumba Francesa. Su mayor y más distintivo atributo: la hospitalidad de su gente.
¡Sé el primero en comentar!