Más de siete millones de dólares invertirá Francia en Cuba en proyectos de agroturismo y agua, una oportunidad que bien podría aprovecharse en la Isla para estimular y desarrollar espacios hasta ahora olvidados.
Uno de los programas de mayor interés es el de Los Caminos del Café en Cuba, que permitirá la creación de un circuito turístico que tenga como opción la cultura cafetera del país.
Este proyecto que financian la Oficina del Conservador de la ciudad de Santiago de Cuba, la Fundación Malongo y la Unión Europea insertado en el paisaje arqueológico de las primeras plantaciones de café en el sudeste de Cuba, Patrimonio de la Humanidad desde el año 2000, que apuesta por resaltar la influencia y presencia francesa en la cultura local, y la importancia de la gestión turística responsable de los paisajes culturales.
Este tiene una importancia considerable porque está relacionado con un hecho cultural que es la presencia gala en el oriente cubano en los siglos XVIII y XIX. Cuba tiene hoy dos componentes del patrimonio mundial vinculados a esta emigración: la Tumba Francesa y el paisaje arqueológico de los primeros cafetales en el sureste.
La primera es una manifestación de música y danza llevada al oriente de la isla por los colonos y sus esclavos haitianos después de la revolución. Mientras, los cafetales, con sus enormes casas de piedra, los caminos, las áreas de siembra e industrial, son una forma pionera de agricultura en un terreno difícil cercano a la Sierra Maestra.
Uno de los programas de mayor interés es el de Los Caminos del Café en Cuba, que permitirá la creación de un circuito turístico que tenga como opción la cultura cafetera del país.
Este proyecto que financian la Oficina del Conservador de la ciudad de Santiago de Cuba, la Fundación Malongo y la Unión Europea insertado en el paisaje arqueológico de las primeras plantaciones de café en el sudeste de Cuba, Patrimonio de la Humanidad desde el año 2000, que apuesta por resaltar la influencia y presencia francesa en la cultura local, y la importancia de la gestión turística responsable de los paisajes culturales.
Este tiene una importancia considerable porque está relacionado con un hecho cultural que es la presencia gala en el oriente cubano en los siglos XVIII y XIX. Cuba tiene hoy dos componentes del patrimonio mundial vinculados a esta emigración: la Tumba Francesa y el paisaje arqueológico de los primeros cafetales en el sureste.
La primera es una manifestación de música y danza llevada al oriente de la isla por los colonos y sus esclavos haitianos después de la revolución. Mientras, los cafetales, con sus enormes casas de piedra, los caminos, las áreas de siembra e industrial, son una forma pionera de agricultura en un terreno difícil cercano a la Sierra Maestra.
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