El Museo del ron de Santiago de Cuba, ubicado ahora en la Ronera Santiago de Cuba, de la Corporación Cuba Ron S.A., tiene más atractivos en su nueva sede, al permitir a los visitantes conocer la historia de la gustada bebida y apreciar el proceso de producción.
Cuenta con tres salas, una de las cuales expone sus orígenes con la introducción en la Isla de la caña de azúcar, la segunda muestra a famosos Maestros Roneros y las producciones hechas anteriormente, mientras la tercera es una réplica de la nave de añejamiento Don Pancho, de la urbe oriental.
Esta última ofrece detalles de la tonelería y sus secretos y exhibe viejas máquinas de fabricación.
Liliana Mengana, directora general de la Ronera Santiago de Cuba, precisó que al estar en la propia industria, el museo dispone de un pasillo de visualización para observar el área de embotellado actual, luego de conocerse la evolución en el tiempo de esa bebida.
Por ese pasillo, señaló, se llega luego a la Barrita del Ron, perteneciente a la Cadena Caracol, encargada de la comercialización, donde cubanos y extranjeros pueden consumir diferentes marcas de rones o adquirirlas, según gustos y preferencias.
El área donde está en la actualidad el Museo del ron fue un taller de mantenimiento, que luego de 15 meses de intenso trabajo se convirtió en un espacio acogedor y ambientado con buen gusto, precisó Liliana Mengana.
Años atrás el museo estuvo en la calle de San Basilio esquina a Carnicería, en el Centro Histórico, en una vistosa y amplia casona de corredor, con arquitectura de los estilos ecléctico y neoclásico, donde hoy abre sus puertas el Bar Daiquirí.
La institución dedicada a esa bebida en Santiago de Cuba, cuna del ron ligero en 1862, cuenta sobre los orígenes, elaboración y producción y atesora interesantes muestras de rones cubanos.
Su historia está muy ligada al devenir de Cuba desde la época del encuentro de dos culturas y la llegada de la caña de azúcar, principal materia prima para su obtención.
Cuenta con tres salas, una de las cuales expone sus orígenes con la introducción en la Isla de la caña de azúcar, la segunda muestra a famosos Maestros Roneros y las producciones hechas anteriormente, mientras la tercera es una réplica de la nave de añejamiento Don Pancho, de la urbe oriental.
Esta última ofrece detalles de la tonelería y sus secretos y exhibe viejas máquinas de fabricación.
Liliana Mengana, directora general de la Ronera Santiago de Cuba, precisó que al estar en la propia industria, el museo dispone de un pasillo de visualización para observar el área de embotellado actual, luego de conocerse la evolución en el tiempo de esa bebida.
Por ese pasillo, señaló, se llega luego a la Barrita del Ron, perteneciente a la Cadena Caracol, encargada de la comercialización, donde cubanos y extranjeros pueden consumir diferentes marcas de rones o adquirirlas, según gustos y preferencias.
El área donde está en la actualidad el Museo del ron fue un taller de mantenimiento, que luego de 15 meses de intenso trabajo se convirtió en un espacio acogedor y ambientado con buen gusto, precisó Liliana Mengana.
Años atrás el museo estuvo en la calle de San Basilio esquina a Carnicería, en el Centro Histórico, en una vistosa y amplia casona de corredor, con arquitectura de los estilos ecléctico y neoclásico, donde hoy abre sus puertas el Bar Daiquirí.
La institución dedicada a esa bebida en Santiago de Cuba, cuna del ron ligero en 1862, cuenta sobre los orígenes, elaboración y producción y atesora interesantes muestras de rones cubanos.
Su historia está muy ligada al devenir de Cuba desde la época del encuentro de dos culturas y la llegada de la caña de azúcar, principal materia prima para su obtención.
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