El Museo del Azúcar José Smith Comas, ubicado en las afueras de la ciudad de Cárdenas, constituye una atractiva opción para turistas deseosos de incorporar conocimientos en su programa vacacional.
La institución, que funciona en una antigua fábrica del producto, cuenta con una exposición de 28 locomotoras de vapor en perfecto estado y una aledaña plantación cañera al estilo del siglo XIX.
Este museo está ubicado en la localidad cardenense, en la ribera norte de la provincia de Matanzas, a unos 150 kilómetros al este de La Habana y a sólo 20 minutos en auto desde Varadero, el principal balneario y de los más atractivos polos turísticos de la isla.
El programa de estancia incluye un paseo en locomotora, que arrastra tres vagones del siglo XIX, por el citado plantío, demostración del corte de la caña y una explicación de las propiedades de la gramínea.
Como colofón los visitantes refrescan con un vaso de guarapo, jugo extraído de la planta y materia prima para fabricar azúcar, y disponen de souvenirs como paquetes de caramelos y botellas de rones cubanos considerados "hijos alegres de la caña de azúcar".
"Trabajamos en este proyecto desde 2002. Las encuestas aplicadas a los turistas sobre la calidad del producto y los servicios indican que tenemos 96 por ciento de aceptación", señaló Rafael Piñero, director del complejo, citado por el semanario provincial Girón.
Al cierre de febrero el Museo recibió, gracias a su vínculo con las compañías turísticas Cubanacán y Gaviota, a más de tres mil 500 visitantes interesados en conocer una tradición nacional, añadió la fuente.
La institución, que funciona en una antigua fábrica del producto, cuenta con una exposición de 28 locomotoras de vapor en perfecto estado y una aledaña plantación cañera al estilo del siglo XIX.
Este museo está ubicado en la localidad cardenense, en la ribera norte de la provincia de Matanzas, a unos 150 kilómetros al este de La Habana y a sólo 20 minutos en auto desde Varadero, el principal balneario y de los más atractivos polos turísticos de la isla.
El programa de estancia incluye un paseo en locomotora, que arrastra tres vagones del siglo XIX, por el citado plantío, demostración del corte de la caña y una explicación de las propiedades de la gramínea.
Como colofón los visitantes refrescan con un vaso de guarapo, jugo extraído de la planta y materia prima para fabricar azúcar, y disponen de souvenirs como paquetes de caramelos y botellas de rones cubanos considerados "hijos alegres de la caña de azúcar".
"Trabajamos en este proyecto desde 2002. Las encuestas aplicadas a los turistas sobre la calidad del producto y los servicios indican que tenemos 96 por ciento de aceptación", señaló Rafael Piñero, director del complejo, citado por el semanario provincial Girón.
Al cierre de febrero el Museo recibió, gracias a su vínculo con las compañías turísticas Cubanacán y Gaviota, a más de tres mil 500 visitantes interesados en conocer una tradición nacional, añadió la fuente.
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